miércoles, diciembre 20, 2006

el mundo de los sueños










la lápida de gabriel, como la vi en mi sueño


de creer en un horóscopo, o en una deidad o filosofía, prefiero creer en mis sueños. más allá de que pudieran ser premonitorios, algo a lo que no le doy crédito, sí confío en que me den respuestas a problemas que de manera consciente no puedo atacar.

el inconsciente es muy poderoso, y a veces los sueños no sólo nos muestran algo que conscientemente no podemos apreciar, sino que nos transportan a una realidad que no es la que vivimos en vigilia y nos reconfortan y ayudan a superar tragos amargos. soñamos con gente que está lejos, con gente que no conocemos, con gente que sólo vive en nuestros sueños. soñamos conscientes o soñamos dormidos. y hay sueños tan poderosos que al despertar, nos hacen sentir bien de nuevo.

soñé con él, como lo he hecho los últimos meses. pero esta vez el sueño fue diferente. me pidió perdón y se lo dí, y después se moría. amanecí en paz. todavía sufriendo por el pasado perdido, es verdad, pero reconfortada por un sueño.

martes, diciembre 19, 2006

miércoles, diciembre 13, 2006

la muerte de una cebra



esta foto la encontré en el recuento de este año que (por fin) termina, en reuters.

quedé asombrada. la piel de la cebra está literalmente pegada a sus huesos. el pobre animal murió de hambre y sed en algún país africano olvidado por dios y por el hombre...al igual que muchos niños y ancianos y otros animales en países igualmente africanos e igualmente olvidados.

hay personas que hacen huelgas de hambre (de sólidos al menos) por más de un mes y sobreviven, en estado lamentable pero sobreviven. cuánto tiempo habrá pasado para que esta cebra se haya consumido así? poco a poco ir agotando su carne hasta quedar como una pila de huesos con tapizado de lujo. quisiera creer que se quedó dormida y no sintió como se consumía lentamente bajo los rayos del sol, pero probablemente haya estado consciente mientras su cuerpo hacía implosión, los ojos abiertos y las patas apoyadas delatan un último esfuerzo por ponerse de pie para quizá comer, que en su débil cuerpo provocó un infarto.

murió como anoréxica. con el corazón latiendo a ritmos desenfrenados a ratos o apenas palpitando en otros ratos, desmineralizada, estreñida, con daños renales, anémica y convulsionándose.

murió sola en medio del campo, rodeada de seres razonablemente más preocupados por su propia supervivencia.

murió de pie, no tendida sobre la cama sosteniendo un teléfono como marilyn o con una aguja en su brazo como janis, que también murieron y vivieron solas.

murió, finalmente. luego de soportar por no sé cuántos días su penosa condición, su falta de energía, los dolores musculares, mareos, la fractura de algún hueso.

afortunadamente para ella, no tenía conciencia de su propia muerte. se sintió mal, sí, pero no lo supo nunca ni lo sabrá, los animales no tienen esa suerte.

en cambio los humanos sí. estamos conscientes de nuestro sufrimiento, de estar muriendo poco a poco. por eso llamamos a emergencias y decimos que nos hemos tomado cuanta pastilla encontramos en casa. por eso escogemos desangrarnos lentamente justo una hora antes de que regrese mamá del trabajo. por eso escribimos notas suicidas y diarios.

por que estamos conscientes de que nos vamos y nos da miedo. por que tenemos la esperanza idiota de poder ser salvados. al final, sólo queda la rabia por haber sido cobarde. por no ser una cebra que aunque tiene el corazón a punto del desmayo, intenta levantarse a comer y así exhala su último aliento.

miércoles, diciembre 06, 2006

el limbo


si el infierno es. como alguna vez me dijeron, vivir por toda la eternidad el momento más triste de la vida, entonces qué es el limbo? según lo que nos ha enseñado la subcultura esotérica, los fantasmas y aparecidos son almas en pena que vagan por el mundo de los vivos por que tienen asuntos no resueltos o simplemente por que no se les da la gana cruzar al otro lado.

también hay quienes dicen que el infierno y el cielo y el limbo se encuentran todos en este plano terrenal en que vivimos lo que llamamos vida, que por lo tanto no hay nada después de que el corazón se para y el cerebro deja de tener tormentas eléctricas. eso es aún más reconfortante que la idea teológica de un lugar donde hay gloria si se fue bueno, o penurias si se actuó mal.
en lo personal, no quisiera vivir este momento de nuevo, mucho menos eternamente. lo he vivido más de un mes y ya no puedo soportarlo. sin embargo tengo miedo que sea cierto que haya vida después de que uno muere y vagar eternamente condenada a sufrir esto.
aunque probablemente el limbo sea divertido. se tiene lo mejor de ambos mundos. no se está presente físicamente, no hay cuerpo, no hay cólicos menstruales ni dolores de cabeza ni gastritis ni frío ni hambre, pero sí hay (según los esotéricos que creen en fantasmas) un cuerpo emocional que puede vagar sin control o mejor aún, convertirse en un poltergeist y provocar terror entre algún adolescente conflictuado y desafortunado.
me pregunto, qué se necesitará para convertirme en un fantasma? cómo se podrá entrenar aquello que llaman alma para que se quede en la tierra y divertirme provocando los destrozos que no pude en vida?
dicen que el dejar asuntos pendientes o la necesidad de entregar un mensaje a quienes siguen vivos es lo que mantiene a las "almas desencarnadas" vagando por estos lares [buena idea. antes de morir dejaré ropa tendida para regresar a avisarle a mi madre que la descuelgue antes de que llueva]
nunca he visto ni sentido ni escuchado un fantasma. no creo en esas cosas, pero leer historias y ver fotos trucadas es una actividad muy interesante que realizar cuando en la oficina no hay trabajo pendiente...y ya. no hay vida después de la muerte.
el cielo, el infierno y el limbo son cosas que tenemos en la cabeza nada más y que experimentamos de vez en cuando: en un orgasmo, en una traición o en un día aburridísimo en que pasamos las horas leyendo sobre fantasmas.

jueves, noviembre 30, 2006

vivir en silencio


lo que expresamos es sólo la punta del iceberg de lo que sentimos y pensamos. la mayor parte lo vivimos en silencio. sin hablarlo con nadie, guardando nuestros momentos tristes o felices para la intimidad de nuestra recámara. no sé por qué, simplemente es difícil desnudarse ante alguien y mostrarnos tal como somos. quizá por que en el fondo somos monstruos horrendos que sólo podemos socializar aparentando normalidad y sencillez, y dejamos ocultos bajo las heladas aguas del silencio lo que en verdad sentimos, deseamos, creemos, pensamos.

quisiera poder sacar todo eso que tengo dentro de alguna manera, pero no expresándolo, sino sacarlo como cuando se hace limpieza de la casa, ponerlo en la basura y llenar mi casa de muebles nuevos y olvidar los viejos. vomitar hasta vaciar mi estómago de tanta pasión y dolor que me provocan náuseas.

vivo con miedo, pero mi rostro siempre aparenta serenidad. siento mucho dolor, pero siempre estoy sonriendo, y cuando siento felicidad es cuando con más razón lo oculto, pues no quisiera que se estropeara...pero el amor, ése si no lo puedo ocultar.

sí, todavía lo quiero. aunque no está conmigo sigo conociéndolo y me encanta. adoro su dislexia y su nariz pequeña. adoro su pena de admitir que le gusta ver telenovelas y sus ambiciones de dominar el mundo, al menos el suyo. adoro su paranoia y su manía de cambiar sus contraseñas cada mes y siempre poner su horóscopo en sus perfiles.

todo esto y mucho más lo vivo en silencio, no sólo porque no quiere escucharme, sino porque no puedo ni decírmelo a mí misma....
lo que ves es sólo la punta del iceberg. no me conoces.

miércoles, noviembre 29, 2006

embarrarse de mierda


camino mirando hacia el piso. no porque me sienta menos o le tenga miedo a la gente. simplemente porque en el df es muy sencillo embarrarse de mierda y a mí no me gusta que mis zapatos se ensucien.

pero no es así con la vida diaria. por más precauciones que he tomado, no consigo evitar que cada vez más partes de mí estén llenas de mierda y lo peor del caso es que no se puede limpiar.

cagada tras cagada, el hedor me está asfixiando. cagada tras cagada no tengo ruta de escape, hacia donde sea que volteo hay un mojón de mierda acechándome y no puedo saltar, mucho menos volar.

parada en el centro de este campo minado, laberinto escatológico que me agobia, no encuentro salida ni solución.

habrá quienes digan que hay que esperar a que la mierda se seque para recogerla y ponerla en la basura. pero es que no contemplan la magnitud y frescura de la mierda que, como avalancha, amenaza con sepultarme antes de que pueda intentar tomar una pala y defenderme de mis propias heces.

viernes, noviembre 24, 2006

post intrascendente

el 95% del personal de la oficina donde trabajo se fue de viaje el día de ayer y el día de hoy. sin absolutamente algún pendiente que atender, me he dedicado ambos días a navegar por internet y las trascendencias e intrascendencias que hospeda.
además de toparme con blogs aburridos e intrascendentes como este, páginas sobre belly dance aburridas y monótonas y detalles del pasado de ese a quien aún quiero que me hicieron llorar, me topé con un cuento que me sacudió de pies a cabeza.
tanto así que de no haber sido por él no hubiera escrito nada y seguiría maltratando mis ojos llorando o viendo vestuarios turcos que nunca compraré.

jueves, noviembre 23, 2006

hoy creo en el perdón (mañana no sé)


no sé qué habré soñado, pero hoy desperté con esperanza. esperanza ciega, quizás, pues mi enajenamiento con la razón trata de bloquearla, pero al menos esa sensación de posibilidad me ayudó a no llorar (mucho) esta mañana.

con rímel aún en mis pestañas (algo que no ocurría desde hace dos meses, al punto en que desistí de enchinarme las pestañas pues irremediablemente terminaban empapadas y despintadas antes de medio día) algo dentro de mí dice que crea en el perdón, o que al menos le de una oportunidad a ese señor.

perdonar, tener esperanza, son triquiñuelas que nos jugamos para evitar sentir tanto dolor, para creer que estamos avanzando en el mal llamado “camino correcto”, pero es inevitable jugárnoslas para mantener la sangre en el cuerpo.

[dentro de mí sé que este es sólo una pausa en la caída, pero no puedo evitar entregarme al optimismo con que desperté hoy. probablemente mañana despierte derrumbada de nuevo, pero por lo pronto voy a usar esta extraña sensación para tratar de componer lo que está mal]

miércoles, noviembre 22, 2006

maravillas del d.f.














1547 kilómetros cuadrados y la colilla que dejé ayer en la esquina donde fumé permaneció allí a pesar del viento y el frío de la noche.

una mañana fría


mi madre me despertó con la noticia de que la temperatura era 0°c. buena razón para no salir de las cobijas, pero no puedo evitar tener que presentarme en la oficina, maldito sentido de la responsabilidad.

nunca había sentido tanto frío en mi vida. lo único que quiero es un abrazo. su abrazo. sólo 1547 kilómetros cuadrados y no lo encuentro. por casualidad, quisiera topármelo en la calle y tirarme en sus brazos y llorar hasta tener sed. pedirle perdón hasta que me lo otorgue. apretarlo hasta que sienta mi calor y el cariño que aún le tengo.

pero no sucede, y de todos modos tengo miedo que me responda con una cachetada. entre las miles de imágenes que se proyectan en mi cabeza tengo muy presente el momento en que me dijo que lo hacía muy feliz, y me atormenta casi tanto como los 3000 NO que escribió el lunes en la madrugada.

dicen que la temperatura seguirá bajando, pero no lo suficiente como para congelar el dolor que siento, evitar estas muecas simiescas acompañadas de lágrimas que tengo que vivir en silencio, frente a la computadora o acurrucada en un asiento del autobús.

ni siquiera me queda ya la esperanza de que el milagro ocurra, tampoco me quedan fuerzas para llorar pero lo sigo haciendo incontrolable y desvergonzadamente. hasta cuándo? supongo que hasta que me harte o se acaben los 65 litros de lágrimas que me corresponde llorar en toda mi vida, que al paso que llevo no tardará mucho.

cosas que resuenan en mi cabeza

sólo dos:

summertime con janis joplin
el final de un cuento: “mi amor, por favor no llores”

jueves, noviembre 16, 2006

fumando espero

pasaron de nuevo 24 horas y el milagro no sucedió. y así pasarán otras 24 horas y así hasta juntar 72, 96 o incluso 240 y yo seguiré como idiota esperando porque en primera no creo en los milagros.

no tengo esperanza, no tengo fe, ni siquiera tengo razones para pensar que es posible que eso que tanto deseo suceda. sin embargo el corazón no se rige por ninguna de esas fuerzas. incluso es más fácil engañar a la razón por medio de la esperanza que sanar un corazón con esta misma medicina, y la fe puede mover montañas, pero no puede ordenar sentimientos.

dicen que los 35 centímetros que separan el cerebro del corazón son los más dífíciles de recorrer, y no deberían, pues uno no debe estar ligado al otro mas que para mantener el organismo en funcionamiento...pero no podemos evitar querer evitar que nos hagan daño y por eso metemos al cerebro en cuestiones donde no debería, y curiosamente al entrometerlo causamos eso que tratamos de evitar cuando le pedimos ayuda.

mientras, fumando espero. no sólo a que ocurra un milagro que sé que no existe, sino a que pase el tiempo y todo termine: el dolor, la espera, la esperanza y el aire de este pequeño infierno en que me encuentro sentada.

miércoles, noviembre 15, 2006


Dios tiene 62% de probabilidades de existir, según estudio

aún así, yo no creo
ciertamente no soy la única persona en este mundo a la que nunca le han dicho te quiero, pero sí soy la única a la que tengo que ver todos los días, convivir con ella, preocuparme por ella.

todos los días me veo en el espejo al despertar, hecha una piltrafa como siempre. además de despeinada, amodorrada, con arrugas de la almohada y un aliento a diablos, últimamente amanezco con los ojos hinchados de tanto llorar. es en ese preciso momento cuando entiendo por qué nadie puede quererme.

pero después me lavo los dientes, entro a la ducha y me visto para salir a trabajar. con el cabello rizado o lacio (dependiendo del humor y del tiempo) y sin la hinchazón de los ojos, me veo normal, decente, quizá a veces un poco más atractiva que el común de las mujeres que me topo en la calle.

...y aún así, ellas tienen un te quiero.
yo no.
yo nunca he tenido y nunca tendré.

llevo años pensando a qué se debe eso. qué horrible defecto tengo que impide que alguien pronuncie esas palabras, que alguien sienta eso que yo siento y me mata. llevo años tratando de entender y tratando de no darle importancia, de que deje de doler.

años fracasando, despertando sola afortunadamente, pues no quiero que nadie vea el monstruo que soy al despertar y que oculto hábilmente con un baño de agua caliente.

martes, noviembre 14, 2006

el dolor

según la medicina, el dolor es un síntoma (es decir, sólo quien lo siente lo puede apreciar) de alguna enfermedad. subjetivo como es, es imposible que yo, por ejemplo, entendiera el sufrimiento de mi hermana por sus migrañas, así como no espero que mi primo entienda el dolor provocado por un cólico menstrual ni que mi jefe comprenda las punzadas que me causa la gastritis.
así tampoco espero que el dolor que en este momento siento lo entienda alguien, ni yo misma puedo. será, como me dijeron hace poco, que la vida es más absurda de lo que nuestro afán de control nos permite aceptar, y de hecho el intentar entender sólo genera más dolor.
el dolor, incluso el físico, es indescriptible. visitar al doctor requiere de mucha imaginación, paciencia y elocuencia para describir algo que no es ardor. el mental, psicológio, espiritual, del alma o como sea que se llame, es aún más abstracto y molesto. todos entienden si alguien se pone molesto o llora si siente dolor en el estómago, pero quejarse del dolor emocional sólo provoca ser visto como a un enfermo mental o mierda de la sociedad.
sólo quien siente el dolor lo percibe en su magnitud, y aunque los psicólogos, terapeutas, autores de best sellers de superación personal y amigos "consternados" no se cansen de repetir que todos sufrimos lo mismo, que mi dolor no es único, que no soy la primera ni la última y demás bla hueco que algún insensible inventó, este dolor es mío y para mí es el dolor más grande.
al diablo con las terapias psicoanalíticas. soy egoísta en mi dolor. para mí es el más grande y es el fin del mundo y es la puerta del infierno y nadie ha sufrido ni sufrirá lo que yo sufro en este momento.
no sólo se siente así, es así. es el principio y el fin y lo que va enmedio.
es todo lo que hay y habrá. es la mano que empuja al abismo o a los rieles del metro. es el manantial interminable de lágrimas, maldiciones y reclamos.
es el velo que cubre los ojos mientras se camina por la borda para saltar hacia los tiburones. es la luz que impide ver la salida del túnel, lastimando, quemando, dando la falsa idea de una esperanza para continuar.

lunes, noviembre 13, 2006

la relatividad del tiempo


el tiempo vuela cuando te diviertes. alguna vez en una conferencia en mi universidad alguien llamó a esto “estado de flujo”, ahora no puedo recordar a qué se refería exactamente, pero se convirtió en gag cotidiano para referirnos al momento en que mis amigas y yo teníamos la suerte de ver al chico que nos gustaba.

el tiempo parece estancarse cuando no te estás divirtiendo, y correr hacia atrás en cámara lenta cuando estás sufriendo. desconozco cómo se les puede llamar a estos estados, pero sin duda en el último también hay un flujo importante de lágrimas (y mocos) que parecen no agotarse por más que uno intente controlarlo.

cuatro meses juntos y parece que fueron cuatro días. los buenos recuerdos se agolpan intensamente y más que consolar y reconfortar, duelen. el tiempo voló, los dos volamos, pero a diferente velocidad. los dos nos estrellamos contra diferentes montañas. él con el futuro, yo con el pasado. a mí me dolió más porque el futuro no existe y el pasado es una lápida de hormigón impenetrable. cuatro meses que fluyeron como agua, que como agua se escurren entre los dedos y se van para no volver. sólo queda la sensación de humedad mientras que el agua se evapora, y cuando se evapora, la resequedad y la piel agrietada, las heridas latentes y la necesidad de humectarse las manos a punta de lágrimas. cuatro meses que como el agua fluyeron y trajeron vida, pero también destrucción y muerte.

dos semanas han pasado desde que me dijo adiós. el dolor sostenido por dos semanas parece haber estado allí desde siempre. no recuerdo si en algún momento fui feliz, todo lo que hay en mi pasado es dolor. estancada en un pantano de lágrimas y mierda no siento hambre, ni frío, ni dolor. sólo la necesidad de que el tiempo pase y por fin me hunda, o algún boy scout note mi apuro y con sus calcetines me ayude a sacar mi cuerpo de entre la porquería.

cansada ya de esperar en esta eternidad del dolor, decidí ayudarme un poco a hundir y comencé a tragar mierda. no me hundí ni salí, pero terminé en paralelo con el techo de una sala de urgencias, viviendo el asombroso fenómeno de sentir correr el tiempo hacia atrás. no sé qué fue más doloroso, si el empantanamiento o la sonda nasogástrica. si sentir que nunca saldría o ver salir sangre de mis venas. la noche fue un infierno sin poder dormir, sin poder respirar, sin querer sentir. ninguna de las imágenes que se formaron en los cuatro meses puede pagar por ese único día.

el tiempo vuela cuando te diviertes, se estanca cuando la pasas mal y corre hacia atrás y en cámara lenta cuando sufres. pero, ¿qué pasa cuándo ya no quieres sentir? ¿hacia dónde corre? ¿cómo corre? ¿corre? porque vivir sin sentir es estar muerto en vida, respirando y defecando pero sin saber si se vive en el presente, pasado o futuro. es un limbo sin algún rasgo de humanidad, un estado de suspensión que, contrario a lo que dicen los eruditos de la ciencia ficción, duele.

lunes, noviembre 06, 2006

morir en méxico

todos los días en el periódico aparecen notas sobre asesinados, ejecutados, accidentados y pobres diablos que estaban en el momento y lugar equivocados, o que simplemente se hicieron relaciones con quien no debían.

la ciudad de méxico es considerada la más peligrosa e insegura del país. si nos basamos en las informaciones periodísticas y lo que dice la gente, tienes una alta probabilidad de morir con sólo salir a comprar cigarros.

llevo casi un año intentando morir y no lo he conseguido ni por decisión propia ni por accidente mortal en un microbús.

díganme, qué se tiene que hacer para morir en un país tan peligroso, tan lleno de drogas, crimen organizado, armas mercado negro y ahora dicen que hasta terrorismo. por qué sigo viva si el df es mi hogar?

viernes, noviembre 03, 2006

miércoles, noviembre 01, 2006

sed

llevo seis días llorando sin pausa, y lo sorprendente es que las lágrimas siguen saliendo. sólo tomo dos litros de agua al día, y no sé de dónde saco tanto líquido para cumplir esta y otras necesidades menos dolorosas.
he llorado tanto que tengo sed todo el tiempo. por dentro estoy en un desierto y en mis ojos hay un mar. no sé qué pasará primero, si moriré de sed, o moriré ahogada. si me desmoronaré como un polvorón bajo el sol ardiente o me devorarán los tiburones.
lo que sea que pase, que pase ya.
estoy cansada de mantener la cabeza a flote entre la arena caliente que me desgarra.
que me ahogue, que me seque, que me rescate un ángel.
en todos los casos no dejaré de sentir sed.

martes, octubre 31, 2006

miedo al dolor


mucha gente no va al dentista porque le tiene miedo. los aparatos son, ciertamente tenebrosos, y la recuperación luego de la extracción de una muela del juicio puede ser un verdadero trauma. hay quienes prefieren vivir con muelas picadas y encías sangrantes antes de acostarse y mantener la boca abierta por una incómoda hora (si tiene suerte).
yo no le temo al dentista, pero sí le temo a las inyecciones, y huyo pavorosa cuando sé que una aguja penetrará mi cuerpo. por eso mi alergia a los gatos sigue causando estragos incontrolados en mi salud.
todos le tenemos miedo al dolor de alguna manera: no practican un deporte por miedo a los dolores que vienen después, tienen hijos por cesárea por el miedo a los dolores de parto, no protestan por miedo al dolor que les puede causar la represión y los de siempre: no se enamoran por miedo al dolor que, según las enseñanzas taradas de la tele y cantantes como luismiguel, provoca el amor.

no quiero que me lastimen, le dije
nadie, me contestó
[ahora sé a quién se refería ese nadie]

finalmente, yo sé que podría evitarme pasar domingos en cama por culpa de mi alergia a los gatos si me convenciera de que el dolor de una inyección no se va a comparar con los beneficios de poder visitar a mis amigos y poder respirar luego de ello. la salud de muchos miles mejoraría si fueran al dentista a sacarse una muela o vencieran el infierno de una semana que implica el ejercitarse por primera vez.
sin embargo, el miedo al dolor es más poderoso. especialmente el que impide enamorarse de nuevo, por que ese cala más hondo y cuesta más tiempo superarse.

es curioso, yo prefiero seguir con mi alergia, pero vencí el miedo a ser feliz de nuevo.

viernes, octubre 27, 2006

insensibilidad


viajar en transporte público en la ciudad de méxico nos ha vuelto insensibles. no sólo ante el sufrimiento y las necesidades del otro, también ante nuestro propio dolor.

todos los días, algún personaje se trepa a un microbús a pedirnos ayuda de diferentes maneras.
“mi hija necesita medicinas que no puedo comprar, ayúdeme comprando tres chicles por dos pesos”
“somos un grupo de obreros de la construcción, asalariados sin seguro...un compañero murió en labores y el contratista no nos apoya para el sepelio. aquí traigo el acta de defunción por si quieren verla. agradecemos con lo que puedan cooperar que no afecte su economía”
“los obreros de la ensambladora de microbuses casa tenemos 10 años en huelga sin que se resuelvan nuestras demandas y sin recibir salario. apóyennos comprando una rica golosina”

y así, madres solteras, ancianos, discapacitados, niños de la calle…todos solicitando una pequeña moneda que no afecte mucho nuestra economía, mientras unos miran para otro lado, otros se pierden dentro de sus ipods y si tienen suerte habrá alguien que sí les de una moneda.

nuestro dolor también termina cediendo ante el constante apretujamiento y zarandeo de los viajes en transporte público. no sólo se cumple la máxima del metro, donde dos cuerpos sí pueden ocupar el mismo lugar en el espacio al mismo tiempo [pero en el metrobús son tres], también está la aceptación estoica de los golpes y las caídas en el microbús, o del frotamiento de las partes privadas de un extraño que no logramos identificar para reclamarle.
más de una vez mi torpeza me ha llevado a dar codazos y rodillazos a seres que no se quejan, no se soban, y ni siquiera se enteran de que les pido perdón.

hoy me sobé. una señora pasó junto a mí con una inmensa bolsa que me pegó en el hombro. ella pasó de largo y ni cuenta se dio de haberme pegado. me sobé porque a pesar de que la ciudad te deshumaniza, me niego a aceptarlo y demuestro que sigo sintiendo y sigo siendo un ser humano.

de regreso a mi casa voy a llorar sin ocultar mis lágrimas. es otro tipo de dolor que también hemos aprendido a confinar a la soledad de un baño o una almohada, por comodidad o vergüenza, pero pienso rebelarme y demostrar mi humanidad a cielo abierto, sin esperar pasar por el bochornoso trance de tener que responder al “qué te pasa?” de algún consternado.

al fin, en medio de un camión atestado de personas es cuando más solo se está.
alrededor sólo hay indiferencia.

miércoles, octubre 25, 2006

movimientos telúricos

oscilatorio

siete cervezas y muy poca mota. el piso se bambolea suavemente de un lado a otro. mi piso tiene desde hace mucho una gran falla que lo atraviesa y se agranda con cada paso que doy. camino dando tumbos, siempre temiendo ser devorada por la herida en el piso, que no sangra pero invita a asomarse a sus misterios. sin querer, me detengo a observar y me doy cuenta de que no se necesita mucho para sucumbir a la tentación de bajar y me pregunto
por qué no?
una fuerza me detuvo, no sé si interna, no sé si externa. de cualquier forma, en perspectiva todo fue una estupidez.
mi piso sigue frágil, sigue oscilando con intermitente intensidad. aún no llega al punto en que la sacudida sea tan grande que me haga perder el equilibrio, pero estoy mareada y cansada de tanto movimiento. quizá un día esté tan somnolienta que no ponga atención en mis pasos y finalmente resbale dentro de la falla, en una caída silenciosa y celestial, sintiendo el aire acariciar mis sueños.

trepidatorio

mis piernas vibraban. quizá por tanto bailar, quizá por el nerviosismo escénico que nubla los rostros de todos los que te observan, y mágicamente te aisla de aquellos a quienes te estás entregando en cada nota. la sacudida violenta, no del suelo sino de mí. no del entorno sino de mis entrañas. todo se agitaba con violencia y aún así todo era serenidad en apariencia. incluso yo misma no notaba como toda la amargura que había construido por tanto tiempo se desmoronaba como mazapán.
seguramente fue el sismo más largo de la historia, apenas un mes después noté que algo se movía dentro de mí.
aún hoy, me sacudo con cada roce, cada beso y cada intercambio de miradas. la destrucción de las tristezas aún no es total, pero la reconstrucción de la esperanza se lleva a cabo a pesar de las continuas sacudidas.

mixto

fue como un cataclismo. como los segundos de calma antes de que arrecie la tormenta, sin embargo lo único que se afectó fue la tierra donde estaba parada. tantos años creyendo y divulgando concepciones erróneas, que lo único que me dejaron fue nada de dónde asirme. la desazón, la tentación por la falla, y al mismo tiempo la emoción, la ilusión, la sacudida de las entrañas.
algo debió cambiarme durante el terremoto, porque cuando terminó no podía recordar qué había sucedido. supongo que tuve miedo, supongo que lloré, supongo que sufrí tanto que incluso lo olvidé. supongo que no lo he superado, pero que vivirá escondido en mí hasta que una noche en medio de una pesadilla despierte gritando que sí soy humano, que no estoy aparentando, y nadie esté ahí para escucharlo.

martes, octubre 24, 2006

canciones de "amor"


ah...el amor. ese sentimiento que tanto citamos y por el que tantas idioteces cometemos, pero que todos entendemos de manera diferente.

parecería, por las canciones sosas que pasan en el radio, que amar es efectivamente sufrir y todo el rollo que le sigue. que si amas a alguien, el dolor invadirá tu vida. que si pierdes a ese alguien que amas irremediablemente habrás perdido un trozo de tí.

yo no creo que deba ser así. yo no creo que entregar lo mejor de mí sea necesariamente una pérdida de humanidad o dignidad. yo no creo que amar, el simple hecho de hacerlo, sea perder.

escuchar, cortesía de las secretarias, a shakira, luis miguel, reyli o al grupo pesado y otros del estilo gracias a los microbuseros, y sus canciones mediocres de "amor" pinchurriento sólo me deprimen.

por qué esos dizque artistas asumen que esa es la manera en que debemos sentir aquello que alguien decidió llamar amor? por qué ese hombre que me derrite con un beso habría de creer que cuando le digo que lo quiero, forzosamente tengo en la cabeza resonando la voz de josé josé y su pésima descripción de amar y querer?

yo no me lo trago, y espero no ser la únca. así no es como se debe sentir el amor.

yo lo siento como alguna vez dijo syd barrett en la que es, para mí, una verdadera canción de amor.

you're the kind of girl that fits in with my world
bike - pink floyd

el gatillo


esta es una de esas cosas que se hacen aparentemente sin pensar, pero que estuvieron rondando la cabeza por días, inlcuso meses. es producto del aburrimiento en una oficina que parece un refrigerador: un pedacito de infierno musicalizado con amor 95.3 fm. y sin embargo, el gatillo es otro.


es, irónicamente, poder comunicarme más íntimamente con nadie a través de un medio público