jueves, noviembre 16, 2006

fumando espero

pasaron de nuevo 24 horas y el milagro no sucedió. y así pasarán otras 24 horas y así hasta juntar 72, 96 o incluso 240 y yo seguiré como idiota esperando porque en primera no creo en los milagros.

no tengo esperanza, no tengo fe, ni siquiera tengo razones para pensar que es posible que eso que tanto deseo suceda. sin embargo el corazón no se rige por ninguna de esas fuerzas. incluso es más fácil engañar a la razón por medio de la esperanza que sanar un corazón con esta misma medicina, y la fe puede mover montañas, pero no puede ordenar sentimientos.

dicen que los 35 centímetros que separan el cerebro del corazón son los más dífíciles de recorrer, y no deberían, pues uno no debe estar ligado al otro mas que para mantener el organismo en funcionamiento...pero no podemos evitar querer evitar que nos hagan daño y por eso metemos al cerebro en cuestiones donde no debería, y curiosamente al entrometerlo causamos eso que tratamos de evitar cuando le pedimos ayuda.

mientras, fumando espero. no sólo a que ocurra un milagro que sé que no existe, sino a que pase el tiempo y todo termine: el dolor, la espera, la esperanza y el aire de este pequeño infierno en que me encuentro sentada.

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