miércoles, diciembre 13, 2006

la muerte de una cebra



esta foto la encontré en el recuento de este año que (por fin) termina, en reuters.

quedé asombrada. la piel de la cebra está literalmente pegada a sus huesos. el pobre animal murió de hambre y sed en algún país africano olvidado por dios y por el hombre...al igual que muchos niños y ancianos y otros animales en países igualmente africanos e igualmente olvidados.

hay personas que hacen huelgas de hambre (de sólidos al menos) por más de un mes y sobreviven, en estado lamentable pero sobreviven. cuánto tiempo habrá pasado para que esta cebra se haya consumido así? poco a poco ir agotando su carne hasta quedar como una pila de huesos con tapizado de lujo. quisiera creer que se quedó dormida y no sintió como se consumía lentamente bajo los rayos del sol, pero probablemente haya estado consciente mientras su cuerpo hacía implosión, los ojos abiertos y las patas apoyadas delatan un último esfuerzo por ponerse de pie para quizá comer, que en su débil cuerpo provocó un infarto.

murió como anoréxica. con el corazón latiendo a ritmos desenfrenados a ratos o apenas palpitando en otros ratos, desmineralizada, estreñida, con daños renales, anémica y convulsionándose.

murió sola en medio del campo, rodeada de seres razonablemente más preocupados por su propia supervivencia.

murió de pie, no tendida sobre la cama sosteniendo un teléfono como marilyn o con una aguja en su brazo como janis, que también murieron y vivieron solas.

murió, finalmente. luego de soportar por no sé cuántos días su penosa condición, su falta de energía, los dolores musculares, mareos, la fractura de algún hueso.

afortunadamente para ella, no tenía conciencia de su propia muerte. se sintió mal, sí, pero no lo supo nunca ni lo sabrá, los animales no tienen esa suerte.

en cambio los humanos sí. estamos conscientes de nuestro sufrimiento, de estar muriendo poco a poco. por eso llamamos a emergencias y decimos que nos hemos tomado cuanta pastilla encontramos en casa. por eso escogemos desangrarnos lentamente justo una hora antes de que regrese mamá del trabajo. por eso escribimos notas suicidas y diarios.

por que estamos conscientes de que nos vamos y nos da miedo. por que tenemos la esperanza idiota de poder ser salvados. al final, sólo queda la rabia por haber sido cobarde. por no ser una cebra que aunque tiene el corazón a punto del desmayo, intenta levantarse a comer y así exhala su último aliento.

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