miércoles, noviembre 22, 2006

una mañana fría


mi madre me despertó con la noticia de que la temperatura era 0°c. buena razón para no salir de las cobijas, pero no puedo evitar tener que presentarme en la oficina, maldito sentido de la responsabilidad.

nunca había sentido tanto frío en mi vida. lo único que quiero es un abrazo. su abrazo. sólo 1547 kilómetros cuadrados y no lo encuentro. por casualidad, quisiera topármelo en la calle y tirarme en sus brazos y llorar hasta tener sed. pedirle perdón hasta que me lo otorgue. apretarlo hasta que sienta mi calor y el cariño que aún le tengo.

pero no sucede, y de todos modos tengo miedo que me responda con una cachetada. entre las miles de imágenes que se proyectan en mi cabeza tengo muy presente el momento en que me dijo que lo hacía muy feliz, y me atormenta casi tanto como los 3000 NO que escribió el lunes en la madrugada.

dicen que la temperatura seguirá bajando, pero no lo suficiente como para congelar el dolor que siento, evitar estas muecas simiescas acompañadas de lágrimas que tengo que vivir en silencio, frente a la computadora o acurrucada en un asiento del autobús.

ni siquiera me queda ya la esperanza de que el milagro ocurra, tampoco me quedan fuerzas para llorar pero lo sigo haciendo incontrolable y desvergonzadamente. hasta cuándo? supongo que hasta que me harte o se acaben los 65 litros de lágrimas que me corresponde llorar en toda mi vida, que al paso que llevo no tardará mucho.

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