llevo seis días llorando sin pausa, y lo sorprendente es que las lágrimas siguen saliendo. sólo tomo dos litros de agua al día, y no sé de dónde saco tanto líquido para cumplir esta y otras necesidades menos dolorosas.
he llorado tanto que tengo sed todo el tiempo. por dentro estoy en un desierto y en mis ojos hay un mar. no sé qué pasará primero, si moriré de sed, o moriré ahogada. si me desmoronaré como un polvorón bajo el sol ardiente o me devorarán los tiburones.
lo que sea que pase, que pase ya.
estoy cansada de mantener la cabeza a flote entre la arena caliente que me desgarra.
que me ahogue, que me seque, que me rescate un ángel.
en todos los casos no dejaré de sentir sed.
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