no puedo creerlo. después de una vida intensa, mi corazón se cansó y ya no se acelera. no lo siento latir, ya no corre la sangre. creo que estoy muerta.
no hay emoción que provoque a las mariposas en mi estómago, ya no vuelan como lo hacían ante la simple mención de un nombre, el roce de una mano, la evocación de un recuerdo.
ya ni siquiera hay un nombre que desate cataratas en mis ojos. apenas y recuerdo algunos, pero no lo que había detrás de ellos. no recuerdo rostros, no recuerdo labios, no recuerdo manos. no hay voces que provoquen dolor. los he abandonado.
mi cuerpo esta frío, azul, tieso. ni rastro del serpenteo que enrollaba las sábanas al pie de la cama, o del calor intenso que convertía la habitación en un sauna. ahora soy sólo una masa de huesos y músculos mirando fijamente al techo. hermosa, sí, pero inservible y olvidada.
al morir estaba sonriendo, por eso la felicidad falsa se ha congelado en mi rostro. todos piensan que estoy bien porque se alcanzan a ver mis muelas, pero no se dan cuenta que estoy muerta, que no respiro, que no rio, que no lloro ni me apasiono.
la verdad es que estoy muerta pero sigo bailando, espero que se den cuenta de mi estado y me entierren pronto. ya huelo mal, empiezo a descomponerme. nadie llora porque todos piensan que estoy viva y bien.
incluso yo.
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